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El VIH ya no es una sentencia de muerte y se considera ampliamente una enfermedad crónica y manejable. Se necesitan un diagnóstico y tratamiento rápidos del VIH para garantizar la disminución de la incidencia del VIH. Con avances en la prevención (es decir, profilaxis previa a la exposición) y la ciencia biomédica (es decir, indetectable = intransmisible), ahora tenemos las herramientas para poner fin a la epidemia. Las agencias gubernamentales estatales y federales están utilizando estas herramientas y datos para establecer planes estratégicos para poner fin a la epidemia con el objetivo de abordar la crisis de salud pública del VIH.

Sin embargo, los datos de vigilancia sugieren que el 15% de las personas que viven con el VIH en los Estados Unidos desconocen que están infectadas por el VIH y siguen en riesgo de transmitir la infección. Los dentistas e higienistas dentales estuvieron entre los primeros en reconocer las manifestaciones bucales en las personas que vivían con el VIH en los primeros días de la epidemia y aún pueden desempeñar un papel para ayudar a identificar nuevos casos mediante la administración de pruebas rápidas del VIH en el entorno odontológico. La administración de exámenes de detección en el consultorio dental puede ayudar a mejorar los resultados de salud, abordar las desigualdades en salud y mejorar la calidad de vida de las personas en riesgo de contraer el VIH y que viven con él.